Sus pies estaban rotos, sus dedos pelados y sus uñas quebradas. Tenía las zapatillas gastadas de tanto bailar. Sus pantorrillas estaban hirviendo y sus rodillas llovían sangre. Sentía palpitaciones en la cabeza y un ligero ahogo en el pecho. El lago de los cisnes puede ser tu mejor placer o tu peor pesadilla. Hay pasiones que matan.
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